Me parece un privilegio que nos hagas este tipo de confesiones. No sé por qué los humanos tenemos ese mal hábito de torturarnos. Todos hemos sido Raquel en alguna ocasión y otras tantas hemos sido víctimas. Lo único que puedo decir es ¡bendito tú que aún te quedan lágrimas! Yo sin embargo soy un poco más cínica y disfruto del carpe diem y el "pelillos a la mar", y desde entonces me aprovecha más el rimmel...
El libro es una delicia y ni decirte que [mi hija] y yo nos damos de tortas para leerlo...
(Carmen Moreno. Madrid).
No hay comentarios:
Publicar un comentario