Un bonita historia, pero le pierde ser excesivamente utópica. Preciosa la selección de textos de Aute, del que siempre fui un devoto. Pero les recuerdo otro, que parecería que nuestro Luis Eduardo compuso en honor del autor de este libro:
Sé de un sabio que aún espera / que de noche salga el sol
y de día, la luna; que el Azar no juegue a Dios / ni a la diosa Fortuna; / que la piedra sea una flor / y no un mármol la cuna.
Sé de un sabio que aún espera / que el desierto se haga mar
y la hoguera, cascada; / que en el bien no venza el mal / ni en el beso, la espada.
(Almaviva. Madrid)