Para mí, los Tres cuentos para Ita son sencillamente la oración con la que cada día me quisiera acostar; la oración que siempre quisera tener en mis labios:
"Utopía nuestra, que estas en cada uno de nosotros, haz que todo esto sea real, que todos seamos como los personajes de esos cuentos. Que todos podamos entrar y salir cuando y con quien queramos. Que todo sea así de maravilloso, que todos nos podamos amar de verdad, en libertad, sin mentiras y sin hipocresías, Que Raquel vuelva a enlazar su mano con la de José Luis. Y lo más difícil: que los maridos como el mío puedan algún día entender alguna vez que esta manera de vivir es la más sencilla y la más sincera. O mejor: la única sencilla y la única sincera. Así sea."
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